El fenomeno nostálgico en la industria de cine – Elizaveta Konon

5.3. Ciberespacio, cibercultura y medios de comunicación

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Hoy en día, podemos notar que, al ir al cine, tenemos una sensación de que ya lo habíamos visto todo. De que no hay nada nuevo. Hemos visto tantas cosas que podemos predecir cualquier final de la historia, vemos clichés en todas las películas. Cada vez más preferimos quedarnos en casa y ver Netflix o películas antiguas. ¿Por qué?

Si miramos la lista de los estrenos más esperados del año 2019 que recoge alrededor de 40 y pico películas (https://www.fotogramas.es/noticias-cine/g25624237/mejores-peliculas-2019-estrenos-trailers/), podemos analizar cuáles predominan. Asímismo, podemos decir que de esas 40 películas, 7 tienen que ver con el mundo de Marvel y DC, 18 de ellas son secuelas o spin-offs de películas de gran éxito, otras 7 son remakes de películas antiguas (o no tanto) y solo 7 de esas son películas totalmente originales, no basadas en adaptaciones anteriores. De ese modo, casi 33 películas de las 40 totales no son originales. ¿Cuál es la causa de una cantidad tan pequeña de las películas originales entre los estrenos esperados?

Para entenderlo mejor, podemos hablar de las producciones de Disney. Disney tuvo una época llamada Renacimiento, comprendida entre 1989 y 1999, que consiguió restaurar el interés del público hacia la productora. En la Edad de Oro fueron producidas tales películas como La sirenita, La bella y la bestia, El rey león, Mulan y etc. Pero, obviamente, tendría que acabar en algún momento. Tras empezar el siglo XXI, los dibujos animados de Disney empiezan a ser más experimentales, pero con mucho menos éxito y peores críticas. En una década más, la productora se expande y empieza a comprar las otras. Ya no produce dibujos animados en 2D, sino solo en 3D. Se adapta a una sociedad nueva, a una ideología nueva y se hace comprar más. La estrategia de Disney es simple: hacer una película de aventuras, pero de tal modo que luego se puedan comprar productos, juguetes y otras cosas relacionados directamente con la película. Muchas veces se añaden personajes muy monos pero inútiles que sirven solo para excitar ese interés sobre la venta.

Hace unos 4 años en todo el mundo aparece una tendencia nostálgica: nuestros cantantes favoritos y personas famosas mueren, el progreso se acelera aún más, se mercantilizan aún más cosas. Sin querer, empezamos a pensar sobre nuestro pasado, sobretodo con mucho cariño. Lo echamos de menos. Ya no podemos experimentar las mismas emociones que hace unos 10-15 años, cuando veíamos películas antiguas. Disney lo pilla muy rápido y decide no perder esa oportunidad. Y esa estrategia funciona. Cada año salen unas cuantas nuevas adaptaciones de Disney basadas en sus películas antiguas. Pero ¿tienen la misma calidad? Obviamente tendrán más de calidad con las nuevas tecnologías, pero no nos tenemos que olvidar de que muchas de esas adaptaciones son idénticas plano a plano respecto a las antiguas. Es como un bucle que puede funcionar eternamente sin intervención mínima.

Pero, obviamente, no funcionará eternamente. Algún día nuestra época nostálgica acabará y dará paso a nuevas historias.

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