EL CINE NEGRO Y LA MUJER – BEGOÑA PÉREZ

El cine negro está considerado el género cinematográfico por excelencia de Estados Unidos.

Este, a la vez que su equivalencia literaria, la novela negra, narra sucesos relacionados con gángsters y detectives, tratando de resolver algún crimen que muchos otros no han podido resolver.

Estas historias, llenas de misterio, traiciones y fatalidades, tienen como protagonistas en su mayoría a hombres elegantes, con sombreros de ala, traje y corbata, sin olvidarnos del clásico cigarro. Por otro lado, la mujer sufre un gran cambio respecto a los otros géneros. Es en este caso cuando la mujer toma un gran papel muy importante en la historia y deja de ser la víctima típica de los westerns, otro de los grandes géneros del cine americano.

Es por eso que hay que destacar que es en este caso la primera vez que podemos ver a actrices interpretar papeles que no tengan nada que ver con la ya típica mujer sumisa a la que deben proteger. Es en este género en el que se puede ver a una mujer valiente, que es capaz si se lo propone, de asesinar a quien no haga lo que ella dice.

En cuanto a esto, se retrata a una mujer inteligente y seductora, ataviada con un gran escote, rimel, lápiz labial, tacones altos y llamativos vestidos rojos.

Utilizando esto, ella, con sus grandes dotes seductoras, atrae a sus víctimas y conquista el corazón de aquellos débiles hombres que se interponen en su camino.

El cine negro nace en 1930, en plena posguerra, y es desarrollada en Estados Unidos desde ese año hasta 1950, marcadas por la Gran Depresión, la gran degradación económica que ella conllevó, y la Guerra Mundial. Es ahí cuando surge la “emancipación” de la mujer, reflejada en este género, en una sociedad pesimista y decadente.

Aunque, pese a todo lo anteriormente dicho, es cierto que los personajes femeninos deben estar finalmente con una figura masculina.

Cabe destacar que solo una mujer dirigió una película de este género en el periodo clásico del cine negro: Ida Lupino.

Esta actriz, guionista y productora angloestadounidense, fue además la directora de The Hitchhicker (1953), el primer film del cine negro en ser dirigido por una mujer. Este narra el viaje de Roy Collins y Gilbert Bowen, dos amigos de mediana edad que se dirigen por carretera a México y que, tras aceptar llevar junto a ellos a un autoestopista, se dan cuenta del error que han cometido al hacerlo.

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