CENSURAR O ESCUCHAR SIENDO CONSCIENTES, ESA ES LA CUESTIÓN – CLAUDIA ZUAZO

3.5. La radio hoy. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC).
En los últimos dos o tres años, a raíz de movimientos como el MeToo, han ido saliendo a la luz una serie de trapos sucios y delitos asociados a personajes públicos. No importa a lo que se dediquen: políticos, artistas, cómicos, actores… muchos de los famosos a los que conocemos casi desde que tenemos uso de razón, que hemos colocado en posiciones idealizadas, han cometido algún tipo de acto inmoral.

Algunos han podido defenderse o asumir las consecuencias, negar o afirmar los hechos por los que son acusados, y otros, ya fallecidos, no han tenido la oportunidad de hacerlo. Es el caso de Michael Jackson: el documental “Leaving Neverland” contiene testimonios de hombres de los cuales el cantante abusó cuando eran niños y, a raíz de esto, muchas estaciones de radio han eliminado por completo al artista de sus listas de reproducción.

JEJE

 

El director de Radio Media Works, León Wratt, anunció que Jackson ya no se encuentra en ellas debido a las “preferencias de la audiencia”. Al parecer, tras los testimonios, la gente se siente incómoda al escuchar su música, dejando de lado a fanáticos que defienden al artista a capa y espada.

La emisora NZME de Nueva Zelanda, así como tres estaciones de radio canadienses con sede en Montreal, ha dejado también de reproducir su música.

El delito es claramente de una gran gravedad y el legado de El Rey del Pop está ahora mancillado, tanto, que se ha llegado a un punto de censura de su música. Lo cual me parece inverosímil y de otra época. ¿Por qué no censurar toda la música, entonces? Muchísimas canciones que todos y todas conocemos son machistas o contienen, plasmadas en sus letras, vivencias delictivas e inmorales. Siguiendo esa regla de tres, la radio debería dejar de reproducir a los Rolling Stones, ya que muchas canciones tienen un tono tremendamente machista, en concreto la canción Brown Sugar, que musicalmente es terriblemente buena pero trata, con una actitud cómplice y de celebración, la costumbre de los dueños de plantaciones de violar a sus esclavas cuando les apetecía. También se deberían censurar entonces el 90% de canciones de reggaetón, el género machista por excelencia y también de los más explotados por la radio.

En fin, podría alargar la lista infinitamente, pero creo que la idea es clara: los delitos que Michael Jackson cometió hacen que su imagen como ser humano merezca ser vista con otros ojos, pero eso no significa que no podamos seguir disfrutando de su música y, por ende, que las emisoras dejen de reproducirla, porque sí, también es terriblemente buena.

 

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