2.5. Industria de entretenimiento y medio de información
Yo soy una persona que, como la gran mayoría de chavales de mi edad y a diferencia de generaciones anteriores, ya no está tan pendiente de la televisión como medio comunicativo. Hace unos días, estaba yo en mi casa por la mañana y se me ocurrió poner la televisión. Puse la Sexta tres veces en momentos totalmente aleatorios durante esa mañana y en las tres veces que la puse estaban hablando de las descabelladas medidas de Vox. Yo a esto no lo llamo información, lo llamo promoción.
Llama mucho la atención como supuestos profesionales con carrera se dejan embaucar en el juego de estas agrupaciones políticas, cuya estrategia se limita a soltar propuestas totalmente descabelladas, las cuales son recogidas por los medios de comunicación, los cuales preguntan sobre el tema a el resto de agrupaciones políticas obligándolos a pronunciarse, lo que obliga a su vez al gobierno a valorar el tema en cuestión, lo que lo convierte en un asunto de carácter más público, lo que provoca que haya aún más cobertura mediática poniendo en el centro de la agenda pública debates totalmente inexistentes, y haciendo que durante una semana mas un partido extraparlamentario cope los medios de comunicación con sus fobias y paridas.
Quizás no llame tanto la atención que los medios entren en este juego si miramos las cifras de audiencia. Parece ser que ser un altavoz de barbaridades, da audiencia, y esto bien lo saben el Ferreras y la Susana Griso de turno, que no dudan cada mañana en convertir sus programas en auténticos circos, circos en los que están muy bien establecidos sus feudos y en los cuales pueden saltarse a la torera cualquier norma de ética periodística en favor de ganar espectadores, sin importarles lo más mínimo el lugar en el que dejan la imagen de su profesión cada vez mas manchada. Al fin y al cabo estamos hablando con personas que gozan de un importante estatus que mantener, ellos ya se esforzaron en hacer periodismo cuando eran más jóvenes, ahora ya han llegado al estatus profesional que buscaban, tienen un programa en prime time y los tiempos de la investigación periodística quedaron ya atrás, pero al Mercedes hay que echarle gasolina todos los días y para eso les viene muy bien todo este lio de agrupaciones políticas fascistoides que cada mañana les dan al menos un jugoso titular sobre el que debatirán, como si de la barra de un bar se tratase, sus equipos de tertulianos sin acritud ni credibilidad.
No tengo pruebas ni dudas de que cualquier recién graduado en periodismo puede darles un buen repaso a estos dinosaurios de los medios de comunicación, por el simple hecho de que no están tan acomodados en una posición de poder, porque no hay que olvidar que con el tiempo el poder corrompe, y los medios de comunicación tienen peligrosamente mucho poder sobre el imaginario colectivo y la sociedad en general, un poder y un peso que preocupantemente no se renuevan cada cuatro años.