NETFLIX VS LA ACADEMIA DE CINE – ÓSCAR LA RED

2.5 Industria de entretenimiento y medio de información

El pasado 24 de febrero se celebró la 91 edición de los premios Oscar. Los premios de la academia de cine son siempre todo un evento, con alcance internacional, seguido por millones de personas de todo el mundo. Es inevitable que un acontecimiento de tanta resonancia no cuente con alguna polémica que sea objeto de debate. Este año destacaban dos temas controvertidos, el primero era la falta de un maestro de ceremonias, algo que no había ocurrido desde 1989. La academia de cine tomó la decisión de prescindir de un presentador después de renuncia del cómico Kevin Hart, que iba a realizar el papel de conductor de los premios, tras la polémica causada por la publicación de unos tweets de carácter homofóbicos.

El segundo motivo de controversia fue el premio a la mejor película. Esta categoría siempre es la que genera más expectación entre el público y este año el interés era mucho mayor. Esto se debía a que era la primera vez que la plataforma de streaming de contenido multimedia, Netflix, obtenía una nominación a mejor película, con Roma, del mexicano Alfonso Cuarón. Roma era sin duda la gran favorita, alabada por el público y considerada como obra maestra por parte de la crítica especializada. Todo el mundo daba por hecho que la producción de Netflix iba a ser la premiada, sin embargo las apuestas fallaron y hubo una sorpresa, siendo Green Book, de Peter Farrelly, la que se acabó llevando la estatuilla. Esta decisión no contó con la aceptación del público en general, que daban por hecho que la ganadora iba a ser Roma. Sin embargo, si pensamos en el criterio y, sobretodo, en los intereses de la academia de cine, podemos entender perfectamente esta resolución.

Desde hace unos cuantos años, Netflix lleva siendo la plataforma número uno en cuanto a distribución de contenido multimedia de series y películas para ser vistas por streaming. Ha alcanzado tal popularidad que hoy en día es una de las empresas más potentes del mundo. Hasta ahora, Netflix se había limitado a la distribución de su contenido a través de su plataforma, pero su intención de dar el paso al cine, con Roma, ha despertado la animadversión de la academia de cine. Los académicos saben que si Netflix se adentra en las salas de cine será una productora independiente a ellos y con una gran capacidad. Esto asusta a la academia y por eso han desarrollado toda una campaña de boicot a la película de Cuarón, tratando, aunque inútilmente, de evitar que se proyecte en las salas de cine y así poder acogerse al reglamento de los Oscars y no verse obligados a concederles la nominación. Sin embargo, Roma llegó a los cines, aunque solo a los más humildes, por lo que no había ninguna excusa para no nominarla. No obstante, la academia ha evitado hasta el final el otorgarle el premio a la mejor película, ya que eso supondría aceptar nueva hegemonía de Netflix, un paso que aún no están dispuestos a dar.

 

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