3.3 La radio y la llegada de la televisión
A finales de la década de los 50, la televisión consigue hacerse un hueco en algunas familias privilegiadas españolas. Aunque no es hasta la década de los 60 o 70 cuando la televisión consigue popularizarse y consumirse de forma masiva en España. ¿Cómo pudo soportar este bum televisivo el medio de comunicación radiofónico?
Aparte de que la televisión podía retransmitir imágenes en directo, la radio era un medio que no tenía mucho más que envidiar a la televisión. Era más rápida y efectiva, además, sobre todo al comienzo, la radio podía llegar a lugares donde la televisión no podía. Sin embargo, durante la década de los 70 en España se comenzó a emitir tímidamente un programa informativo emblemático ‘Hora 25’. Este programa se trataba de un espacio que bajo formato de un Magazine, comunicaba a sus oyentes los últimos acontecimientos de actualidad. Esto se debió a que la radio también quería adaptarse a los nuevos tiempos que azotaban el país y no quería ser un medio comunicativo con los días contados.
Por ello, la radio también hace variaciones en sus horarios y comienza a retransmitir sus programas en el horario de la mañana, franja a la que recurre una audiencia deseada de obtener noticias de actualidad. Además, la radio comienza a emitir programaciones más exclusivas que la televisión aún no se podía permitir, tanto de entretenimiento como musicales o eventos deportivos, como simplemente informativos.
La dictadura no hace caso omiso a la popularidad de la televisión y, aunque ya había utilizado y seguirá utilizando al radio como principal medio de educación, la televisión no se quedó atrás. Aunque ya existía el NO-DO (Noticiario Documental) que se reproducía en todos los cines del estado español y donde se proporcionaba información censurada y con fines de adoctrinamiento sobre las hazañas del generalísimo o los aliados del estado español. No tardaron en surgir programaciones católicas y patrióticas que ‘educarían’ a las futuras generaciones españolas. Sin embargo, a pesar de vivir en una dictadura donde había censura hasta en la sopa, la televisión también promulgó bastante cultura popular, sobretodo en el ámbito musical.
Sin embargo, no podemos mirar atrás y pensar en que todo ha cambiado y ya no existe censura. Es cierto que, en comparación la censura de hoy en día es ridícula, pero eso no quiere decir que no exista. Muchísimos medios televisivos, prensa escrita y radio no solo censuran si no que manipulan la información a su beneficio. Cada ‘marca’ ofrece la información que quiere y cómo quiere. Realmente, cada periódico o cada canal de televisión o cada emisora de radio cuentan lo que quiere contar. ¿A caso eso no implica un cierto adoctrinamiento? Propongo una práctica que suelo hacer mucho y lo único que hay que hacer es ver una noticia, a poder ser política, en dos cadenas de televisión distinta o en dos emisoras o periódicos distintos. En insultante, no solo a la profesión mediática, sino también a la propia ciudadanía como una noticia puede convertirse en 2 historias completamente distintas según el punto de vista de un canal u otro. Cuando en realidad los medios audiovisuales deberían estar obligados a contar la verdad. Por eso sigue existiendo adoctrinamiento, sigue existiendo censura, pero lo que nunca nos podrán quitar es criterio propio. Y es ahí donde reside la fuerza del pueblo, la fuerza que ayudará a cambiar las cosas y que no nos vendan una utopía sin censura, cuando en realidad seguimos atrapados en 1970.
