Desde que se crearon los medios de comunicación audiovisual se han convertido en una parte fundamental de nuestro día a día, satisfaciendo tanto nuestras necesidades de ocio como informativas, dándonos una visión global del mundo y permitiendo así que vivamos más conectados con los hechos que ocurren en otros lugares y que entendamos de una mejor manera el funcionamiento de la sociedad.
En un mundo donde las imágenes son lo que realmente capta la atención del público, y donde se estaba empezando a cambiar la forma de comunicar para llegar a mucha más gente y producir textos en masa, la invención de la imprenta en el S.XV, llamado “siglo de las innovaciones”, fue clave para comenzar a desarrollar la evolución de los medios audiovisuales.
Después de la imprenta, el camino hacia lo que hoy conocemos como medios audiovisuales, continuó con avances en la fotografía y el cine, en una sociedad que comenzaba a industrializarse (finales del S. XVIII y principios del XIX) y los habitantes de las grandes ciudades buscaban nuevos tipos de entretenimiento. Poco a poco se iría descubriendo el potencial que tenían una cámara y una pantalla tanto para hacer llegar ideas e información a una grandísima cantidad de gente, como para hacer propaganda e infundir en la población ideales políticos que al estado le interesaba.
Al descubrir el verdadero potencial que tenía la televisión y el poder de los medios audiovisuales para hacer calar ideas en la sociedad, fueron realizándose avances en ese campo que mejoraban las cualidades técnicas del soporte, y permitían hacer llegar la información a más gente y con más calidad, y a día de hoy tenemos a nuestra disposición una amplia variedad de programas con los que informarnos de lo que pasa en todos los rincones del mundo y además nos ofrecen un gran abanico de posibilidades en lo que al ocio y al entretenimiento se refiere.