2.5 Industria de entretenimiento y medio de información.
The Walking Dead, Los 100 y The Good Doctor son algunos de los nombres más reconocidos en el ámbito de las series de televisión de la actualidad, pero si realizáramos una encuesta preguntando acerca de la serie del momento, probablemente el título más repetido en cuanto a mejor serie, sería el de Game Of Thrones.
La lucha por el trono de Invernalia, que finalizará durante el próximo mes de mayo, lleva atrapando al público frente a los televisores desde abril de 2011, habiendo conseguido desde entonces la friolera de 47 premios Primetime Emmy (el récord histórico de obtención de estos premios, considerados estos como los más importantes de su categoría), aparte de otros tantos galardones.
Todo ello se debe a una narrativa que presenta una crudeza y unos giros de guión que hemos encontrado en contadas ocasiones visionando otras series, a su capacidad para conseguir un aspecto altamente cinematográfico (debido a su altísimo presupuesto y el trabajo de producción que lleva detrás) y a unos personajes principales que han logrado enganchar a los espectadores.
Destacan entre esos personajes: el bastardo Jon Snow, interpretado por Kit Harington, y la madre de dragones Daenerys Targaryen, cuya representación está a cargo de la actriz británica Emilia Clarke, de la cual hemos venido a hablar hoy.
La actriz londinense, mayormente conocida por interpretar a Daenerys de la Tormenta, ha declarado recientemente que llegó a estar al borde de la muerte en varias ocasiones durante la filmación de las 4 primeras temporadas de la serie.
En 2011 sufrió el primero de los dos aneurismas que ha padecido la actriz, mientras se ejercitaba en el gimnasio. El aneurisma implica el ensanchamiento de las paredes de una arteria de un modo anormal, llegando a poder provocar una hemorragia interna e incluso la muerte. Emilia sufrió en concreto una hemorragia subaracnoidea, que implica el estallido de un vaso sanguíneo en la superficie cerebral.
A partir de aquí se enfrentó a varias operaciones cerebrales tras el primer aneurisma en 2011, y el segundo que llegó durante la filmación de la segunda temporada de Juego de Tronos.
Tras las operaciones, luchó también contra un ataque de afasia, el cual casi acaba con su carrera como actriz ya que afectó a su capacidad de comunicación, impidiéndole construir oraciones con coherencia en ocasiones.
A causa de estos problemas de salud, sufría constantes mareos y se encontraba en un estado físico y anímico muy débil, llegando incluso a pedirle a los médicos en alguna ocasión que la dejaran morir.
Estas declaraciones, que llegan durante el revuelo presente antes del comienzo de la temporada final de la serie, han conmocionado a los millones de fans de la misma, que han hecho llegar un aluvión de ánimos y apoyos a la actriz.
Emilia ha conseguido demostrar incluso una fuerza mayor de la que ha mostrado su legendario personaje, y felizmente podemos afirmar que ya ha superado sus problemas de salud. Ahora dice estar al 100% y estamos ansiosos de ver cómo finaliza el viaje de su personaje en las tierras de Invernalia y qué otros desafíos actorales presenta en el futuro.