Industria del entretenimiento y medio de información.
Imaginen el grado de sofisticación que sería necesario alcanzar para que gags satíricos de programas como elIntermedio; en base a Rajoy, Zapatero o Esperanza Aguirre, fueran aceptados y disfrutados cómicamente por la audiencia del programa, si estos se basaran en los manifestantes y trabajadores.
El humor y la sátira política, es considerada un género cómico muy controvertido y difícilmente clasificable siendo un híbrido a medio camino entre el puro entretenimiento y cierto afán de intencionalidad política provocadora, y es por esta razón que esta opción humorística está siendo hoy en día tan polarizada. Donde unos simplemente ven humor sobre cuestiones de actualidad otros ven información de forma humorística. Mi impresión es que ambas posiciones corren el riesgo de sobrevalorar el efecto real que estos programas tienen con carácter general. Ni son tan beneficiosos para la sociedad, ni tampoco son el paso previo a la regresión del ser humano.
Con respecto a esta cuestión, generalmente la sociedad se divide en dos grandes grupos diferenciados en función de su nivel educativo. Las personas con un cierto nivel educativo (es decir, las personas que habitualmente tienen un alto grado de información de la realidad social, económica y política a través de los tradicionales cauces serios de información) suelen entender estos programas como espacios de entretenimiento y su grado de disfrute seguimiento suele estar relacionado con el nivel de calidad que perciben en dicho programa. Su relación con el programa es más sensorial o cognitiva que emocional o ideológica.“Si el chiste está bien elaborada, entonces me entretiene y la veo”.
Por el contrario, las personas con un menor nivel educativo (cuyo nivel de información política está conformado básicamente por “programas de información” en televisión) suelen entender este tipo de programas como uno más de los programas de información. En estos casos, la relación con la sátira tiende a ser más emocional e ideológica que cognitiva, y se centra en gran medida en los temas objeto de la sátira.
La cuestión es que existen medios, programas dedicados a la información y otros a la sátira. El contenido que estos traten escapa a nuestro control, pero todos somos libres de poder consumirlo o pasar de ello en busca de algo más fiable o afín para nosotros.
