2.5 Industria de entretenimiento y medio de comunicación
León Trotsky fue un político de origen judío, conocido por ser el líder del Ejército Rojo, teórico de la Revolución Permanente y precursor de la IV Internacional. A lo largo de la historia contemporánea, los trotskistas han tenido que sufrir como el estalinismo y la derecha han ido tergiversando las vivencias de Trotsky a su favor, con manipulaciones en los libros, en las fotografías y en el cine. Pues con la serie Trotski, la televisión se ha sumado a la lista.
Trotski (producida por el Kremlin y llevada a Netflix) narra la vida de León Trotsky durante los años de la Revolución Rusa hasta su muerte en agosto de 1940. Esta serie ha contado con el beneplácito de Vladimir Putin (lo cual, ya previene sobre la calidad de esta) y ha ganado múltiples premios nacionales. Sin embargo, algunos intelectuales y seguidores del líder revolucionario han dado un punto de vista muy distinto.
La serie tiene una veracidad histórica prácticamente nula. Manipula la realidad de las revoluciones, demoniza a las principales personalidades y da un mensaje del comunismo totalmente influido por el yugo capitalista. En la ficción, Trotsky es una persona maquiavélica, fría y sangrienta que no valora las vidas humanas. Fingen que Sigmund Freud ya avisó de que el político podría ser un asesino en serie o un fanático (en un encuentro que, según historiadores, nunca llegó a ocurrir). Como este, muchos de los hechos históricos que narran en la serie están totalmente falsificados. Según la ficción, Trotsky mandó ejecutar a los Romanov (mentira, Trotsky se enteró de su ejecución en el tren acorazado), mató a un marine porque pensaba que su mujer se enamoró de él (mentira, no existe relevancia sobre ello), fue el total culpable de la muerte de sus hijos (no se puede negar que pudo tener parte de culpa, pero tampoco se libra de ello Stalin), Frida Kahlo es una mujer hipersexualizada que solo le interesa el sexo (cuando es una de las artistas más relevantes del siglo pasado, pero a la serie solo le importa sexualizarla, lo cual, deja en evidencia un punto de vista machista), el asesinato de Trotsky fue en defensa propia (cuando Mercader aprovechó que se puso de espaldas para clavarle el piolet en la cabeza)…
En conclusión, he realizado esta entrada porque pienso que ya es hora de que los medios dejen de manipular de esa manera la vida y obra de Trotsky. Después de haber sido desterrado y asesinado a sangre fría, el gobierno ruso aún tenía un último golpe que asestar a la memoria del político judío. Muchos comunistas nostálgicos empezaron a ver la serie emocionados, como una oportunidad de que la gente conozca la historia de la Revolución Rusa y de su papel en la izquierda global del momento. Pero, la emoción se tornó negativa conforme iban pasando los capítulos e iban sacando mentira tras mentira. Sinceramente, para volver a trasmitir un mensaje manipulador y negativista sobre las revoluciones (aunque esta vez en la pequeña pantalla), hubiera sido mejor que los productores hubieran optado por una ficción como tal, sin intentar vender al público que está basada en la vida de una personalidad histórica.
Bibliografía
– María R. Sahuquillo (2019) El segundo asesinato de León Trotsky. Visto por última vez el 10/01/2019. Enlace web: https://elpais.com/cultura/2019/03/01/television/1551463847_511468.html