La imagen de la mujer no ha tenido apenas tratamiento dentro de la propia cinematografía del género bélico. Su figura ha sido retratada como una mera compañía para el hombre, siendo su historia narrada desde la perspectiva del personaje masculino y siendo, en muchos casos, propensa a ser estereotipada.
En su mayoría, las mujeres han solido representar los papeles de la esposa del soldado, la madre de sus hijos, o, por otro lado, la enfermera de campaña, siendo este muy común.
Aunque esto no sucede solo con la figura de las mujeres. La realidad de la guerra es imprevisible y desconcertante, por lo cual, los estereotipos son muy recurrentes, siendo distintos dependiendo de los temas escogidos para cada cinta.
Dichos temas son variados dependiendo del ciclo en el que esté llevada a cabo la película, al igual que distintos son los estereotipos que representen a los personajes femeninos.
Nombrando los acontecimientos bélicos más relevantes, se puede notar la variación y evolución de la mujer en la obra.
En la Primera Guerra Mundial esta solía ser retratada como una mujer dulce, inocente y obediente, contrastando con la actitud activa y protectora de los personajes masculinos, como se puede observar en la obra de David W. Griffith Corazones del Mundo (1928).
Ya en la Segunda Guerra Mundial, la mujer sufre el retorno del amado veterano, este con graves heridas físicas y psicológicas. Ella actúa como la sanadora que comprende e intenta ayudarle en sus pesadumbres.
En la Guerra del Vietnam, el papel de ellas fue intentar comprender el despropósito de la guerra, aun sin participar de lleno en ella.
Pero el gran cambio llegó con la Guerra de Irak, la cual dio origen al cine bélico en Irán. Algunas de estas producciones, que han llegado a alcanzar gran popularidad en los espectadores nacionales, han sido realizadas por mujeres cineastas que han querido representar otro tipo de mujer que, pese a no participar en la guerra, no se quedaba sentada rezando por la vuelta sano y salvo de su amado. Ellas representan el dolor de las madres, esposas e hijas que, con su fuerza y coraje han tenido que asumir todas las responsabilidades cotidianas para lograr sacar adelante a la familia y conseguir sobrevivir a los estragos de la guerra.
Esta evolución, llegada de la mano de la Guerra de Irak (2003-2010) ha permitido por fin la representación de ese nuevo rol de mujer fuerte e independiente que tan ignorada era en la industria audiovisual.