La imagen que tenemos del género en las personas es algo que nos acompaña en nuestro día a día. Aquello que vemos en una persona y asociamos como femenino y masculino. Y no hablo solo del físico sino también las prendas de ropa e incluso de determinados colores o actitudes.
El cine ha servido para interiorizar las ideas de género, pero cuando ha querido también las ha intercambiado. De eso querría escribir en este artículo: como el cine ha tratado los cambios de genero entre hombres y mujeres lo que se conoce como travestismo, aunque los protagonistas de estas películas lo hagan normalmente por necesidad de cambiar de identidad. Dentro de este tema tan amplio no incluiríamos a las personas trans, ya que no se trata de un intercambio de genero sino de la búsqueda de la propia identidad), sino del travestismo o de como el cine ha tratado a los hombres que se tienen que hacer pasar por mujeres y viceversa.
Lo primero que veo es que se ha utilizado como un recurso cómico en muchas ocasiones, (normalmente es un hombre que se hace pasar por mujer y esto no es casualidad), en el que se crean todo tipo de confusiones y absurdos. Como ejemplos de esto: Golfus de Roma (1966) de Richard Lester, Señora Doubtfire (1991) de Chris
Columbus… Los hombres adoptan así la figura de mujeres (o mejor dicho la imagen social de ellas): las formas, andares, vestimenta, voz femenina… Aunque pueda parecer que estas películas hagan que los hombres sean ridículos porque han adoptado roles de mujer, introducen también interesantes puntos. Por ejemplo, los personajes masculinos de Tootsie (1983) de Sydney Pollack o Con faldas y a lo loco (1959) de Billy Wilder se dan cuenta de que el tratamiento de otros hombres hacia ellos es distinto del que habían tenido siendo hombres. Aunque esto no es algo que se remarque muy en serio y sean simples chistes de las películas, sí que llevan a la reflexión como también su mensaje aleccionador: el hombre que había vivido su vida sin preocuparse por como se trataba a las mujeres ahora las comprende más de cerca. Incluso algunos de ellos las habían tratado con desconsideración antes de tener que transformarse, y este hecho les sirve como lección para sus propias vidas.
Los casos de las mujeres que se han hecho pasar por hombres aunque menores también han protagonizado películas desde comedias como Víctor o victoria (1982) de Blake Edwards hasta el drama como Yentl(1983), de Barbra Streisand.
En algunos casos como en el de Mulán (1998), de Tony Bancroft y Barry Cook o la ya citada Yentl la transformación la han tenido que hacer para salir de la condición de mujer que no les deja hacer “cosas” de hombres. (como ir a la guerra a luchar)
Por tanto, se podría decir que las motivaciones de transformación de las mujeres tienden a ser más serias mientras que el de los hombres a mujeres se da prioridad el hecho cómico.
Se podría tratar el tema también de las películas que tratan sobre identidad confusa o la transexualidad que llevan a los personajes a intercambiar sus roles de siempre, aunque con motivaciones más complejas como en ‘Ed Wood’, ‘Mi querida señorita’, ‘Desayuno en Plutón’, ‘Juego de lágrimas’, ‘La jaula de las locas’, ‘Boys don’t Cry… Aunque eso sería otra historia…